martes, 10 de febrero de 2015

Carmen Frías Cazorla: una Cuidadora "con Luz"

El cuidado de su madre es su rutina, su amor por ella, el motor que la impulsa cada día a seguir adelante.
Es una tarea dura y difícil, pues a menudo le produce impotencia ver que el resultado no es el deseado, pero ahí sigue, un día tras otro realizando un trabajo que no tiene precio, pero si mucho valor.
Carmen, como tantas otras cuidadoras, se levanta todos los días con el propósito de hacer su labor lo mejor que puede, lo mejor que sabe. Nadie la ha enseñado a cuidar, solo el amor y el sentido del deber han sido su manual de aprendizaje, y ella se ha preocupado en aprender a hacerlo cada día mejor, preguntando y consultando a los profesionales cada duda que se le presentaba y cada problema que no sabia afrontar.
Y yo, su enfermera, puedo asegurar que Carmen ha llevado a cabo su labor de una forma digna de admiración.
Es muy duro para una hija ver cada día como su madre se va deteriorando, como cada día te necesita más que el anterior y que por muchos cuidados que le ofrezcas nunca parece que sean suficientes. Deseas estar a la altura de las circunstancias, resolver todos los problemas que van surgiendo, acudes a profesionales buscando ayuda y te vas dando cuenta que muchas veces esos problemas no tienen solución, que el camino recorrido no tiene retorno, no existe la mejoría, y sientes frustración, impotencia y desesperación.
Es el declive del ser humano, se va acercando el final y por muy bien que realices tu labor, por mucho apoyo que encuentres en la familia y en los profesionales, es algo que no puedes detener.
Pero siempre hay un rayo de esperanza, una luz que te guía y te dice que sigas intentándolo, que merece la pena luchar por las personas que amas; que, aunque las heridas que tiene no vayan a cicatrizar, que aunque ya no quiera comer ni beber e incluso no reconozca quien eres, debes seguir luchando por ella, cuidándola y apoyándola y sobre todo y mas que nada ofrecerle tu amor incondicional, pues cuando ya no este a tu lado, cuando se haya marchado, esos cuidados, ese amor y esa fuerza que te han acompañado hasta el final de sus días se convertirán en paz, en tranquilidad y en satisfacción por la labor realizada.
Y llegará el día en que recordaras todos los momentos vividos con ella, los buenos y los menos buenos y por fin podrás sonreír y decir "hice todo lo que estuvo en mis manos", "mi madre se fue de este mundo rodeada de amor". Pues, en definitiva, es el amor lo que nos impulsa a vivir y a luchar, y es el amor lo que siempre queda dentro del corazón cuando nuestros seres queridos se van; ese amor siempre estará con nosotros, ese amor nunca morirá.
En un frío día del mes de febrero, Carmen Cazorla nos dejó.Y a Manuel, su marido, a su hija Carmen y a todos sus seres queridos el alma se les desgarró. Descansa en paz Carmen, ahora eres tu quien debes cuidar de ellos desde tu cielo.
                                                                        Laura.-


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